Todo sobre tartar: técnica consejos y trucos
El tartar, una exquisitez culinaria que ha ganado popularidad a nivel mundial, proviene de técnicas precisas y de la selección cuidadosa de ingredientes. La habilidad para preparar un buen tartar no solo demuestra maestría en técnicas culinarias, sino también un profundo respeto por la calidad y la frescura de los productos. A continuación, exploraremos consejos fundamentales y trucos para dominar el arte de hacer tartar.
Elección de ingredientes
La base de un excelente tartar comienza con la selección de los ingredientes. Para carnes, como el tartar de res, es crucial optar por cortes magros y de primera calidad, como el solomillo o el lomo. En el caso de tartares marinos, el salmón o el atún deben ser frescos, provenientes de fuentes confiables y preferiblemente capturados de manera sostenible. Asegúrate de que todos los vegetales y hierbas utilizados sean frescos y estén finamente picados para complementar perfectamente la textura y sabor de la proteína principal.
Técnicas de corte
El corte es fundamental en la preparación de un tartar. La textura final del plato depende enteramente de cómo se manipule la carne o el pescado. Una técnica recomendada es cortar primero en láminas, luego en tiras y finalmente en cubos pequeños. Este proceso debe realizarse con un cuchillo bien afilado para asegurar cortes limpios y precisos. Evita utilizar procesadores de alimentos, ya que pueden maltratar la textura de la proteína, resultando en una consistencia pastosa.
Condimentación y marinado
El equilibrio en la condimentación es clave para realzar los sabores naturales del tartar sin sobrepasarlos. La sal y el pimienta son esenciales, pero elementos como el aceite de oliva extra virgen, jugo de limón fresco, mostaza Dijon, alcaparras, y chalotas pueden llevar el plato a nuevos niveles. Dado que el tartar se sirve crudo, el marinado no solo añade sabor, sino que también puede ayudar a «cocinar» ligeramente la proteína con la acidez del limón o el vinagre. Incorpora los condimentos gentilmente con un tenedor, manteniendo la integridad de los cubos para una presentación impecable.